Los extorsionadores, también conocidos como "redes de protección", suelen ser tanto la fuente de violencia como los proveedores de protección frente a la violencia que ejercen. La llamada "oferta que no se puede rechazar" ha llegado a ocupar una posición por excelencia en el imaginario global de las organizaciones criminales de tipo mafioso. Pero la extorsión también existe más allá de las redes delictivas clandestinas, y se está convirtiendo en una fuente rentable de sustento y gobernanza y en una relación social visible clave en muchas partes del mundo.
A pesar de esta tendencia observable, gran parte de la atención académica, política y mediática sigue centrada en la naturaleza transaccional económica de la extorsión más que en sus efectos duraderos en la configuración de las relaciones sociales y morales, efectos que van más allá del momento y el lugar de la transacción, así como de su razón de ser original.
Este taller de un día explora etnográficamente las "ofertas que uno no puede rechazar" y se pregunta cuáles son las especificidades de la vida social de la extorsión en el contexto latinoamericano.