Las empresas suizas, pese a su prestigio y liderazgo en múltiples ámbitos, tampoco constituyen una excepción. Multinacionales y pymes se ven forzadas a reaccionar ante una coyuntura que plantea desafíos que se han agudizado con la pandemia, tales como la polarización y creciente desconfianza política, la acentuación de la desigualdad social, los efectos del cambio climático o las migraciones.