Junto a los organizadores, la profesora Yvette Sánchez y el director general de Nestlé Eugenio Simioni, intervinieron expertos de instituciones estatales, económicas y científicas.
A lo largo de las ponencias, organizadas en torno a tres paneles, se cristalizó la necesidad de profundizar el diálogo entre los diferentes actores implicados en la dinámica de la agricultura sostenible.
En las reflexiones sobre la practicabilidad de la agricultura sostenible, destacó la figura del agroempresario (agropreneur), una figura de agricultor que actúa según principios empresariales. La formación de estos agroempresarios se ve enfrentada a problemas metódicos y estructurales. Por un lado, es necesario resaltar la atractividad de esta profesión, para asegurar su persistencia entre los jóvenes, particularmente en una población rural que está envejeciendo. Por otra parte, la sostenibilidad pretende establecerse como práctica dominante en la agricultura.
Los ponentes hablaron de las posibilidades y de los límites en el intercambio de saberes entre los actores económicos, científicos y agrícolas; un intercambio para el que se precisa también de una política educativa y sanitaria eficaz. Se problematizaron y discutieron también cuestiones de propiedad territorial así como la necesidad de una fundamentación jurídica para prácticas que ya están en vigor. En este ámbito se hicieron propuestas para la implementación de códigos de buenas prácticas en el trabajo agrícola.
Entre los retos, para cuya superación el intercambio de saberes es de particular relevancia, se contaron el tratamiento de nuevos tipos de plantas, el desarrollo de nuevas estrategias de cultivo, la falta de capital entre los agricultores así como la baja eficiencia de algunos productores y la ausencia tanto de economías de escala como de instituciones fiables.