La filósofa e historiadora colombiana Diana Uribe, con patrocinio de la embajada de Colombia en Suiza, visitó la Universidad de San Gallen el 3 de octubre de 2011, para impartir la conferencia titulada «América Latina, el Nacimiento de un Continente».
Diana Uribe es la historiadora de mayor reconocimiento público en Colombia gracias a la valiosa labor de difusión que ha realizado en el país a través de la radio, la televisión, y la publicación de audio-libros, que han resultado ser un éxito en ventas. Su estilo emotivo, coloquial y desenfadado, junto con el nivel de profundidad y de detalle de sus relatos, ha hecho que los grandes públicos del país aumenten su interés por una disciplina que tiende a restringirse a círculos académicos muy reducidos. En sus intervenciones realiza una encomiable labor de sensibilización y contribuye a la cohesión de la nación. Actualmente, Diana Uribe lidera en Bogotá el proyecto «Casa de la Historia», un centro cultural que se propone como un lugar de aprendizaje sobre las diferentes culturas del mundo, y de promoción de tolerancia y paz entre los pueblos.
En la conferencia en San Gallen, Diana Uribe hizo una reflexión y narración de la independencia de los países latinoamericanos con motivo del Bicentenario, que se celebra por estas fechas. La historiadora destacó la invasión napoleónica a España como el factor clave que permitió el éxito de las insurrecciones de los pueblos hispanoamericanos. Resaltó el rumbo diferente que tomó la independencia de Brasil, que primero y de manera atípica pasó de ser una colonia a convertirse en la sede del imperio portugués. Subrayó el carácter democrático de la independencia hispanoamericana pues, si bien ésta se definió en última instancia con acciones militares, había comenzado en un primer momento como una propagación de manifestaciones populares. También hizo hincapié en que el éxito de las primeras insurrecciones dependía de la distancia de éstas a los centros de poder de la Corona en América, Lima y México, por la capacidad que tenían de reprimir los levantamientos cercanos; y en que la independencia hispanoamericana debe entenderse como un proyecto mancomunado que sólo tuvo éxito por su carácter colectivo. Por más que hoy muchas historias nacionales individualmente destaquen una u otra batalla como garante de su independencia nacional, dicha media de ninguna nación se habría conseguido sin el concierto de los demás actos de liberación. La independencia, en conjunto, se habría logrado entonces gracias a un «circuito de batallas» que se apoyaba recíprocamente y que permitió el desenlace favorable. Por último, la historiadora se refirió a América Latina como un «hecho cultural», cuyo mito fundacional –y mito común– fue el acto de independencia de los imperios ibéricos. (Texto: Juan Fernando Palacio Roldán)